Como proteger e impedir que puedan hackear y robar mi conexión Wi-Fi a internet

 Como proteger e impedir que puedan hackear y robar mi conexión Wi-Fi a internet

Una de las mejores maneras de proteger su conexión WiFi 6 es usar una contraseña segura. Una contraseña segura debe tener al menos 8 caracteres e incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos.

Nunca debe usar palabras fáciles de adivinar como «contraseña» o su nombre. También es importante cambiar su contraseña regularmente para ayudar a mantener su red Wi-Fi más segura.

Otra forma de proteger su conexión Wi-Fi es habilitar funciones de seguridad como el cifrado. El cifrado codifica los datos que se envían a través de la red para que solo los dispositivos con la clave correcta puedan descifrarlos.

Esto hace que sea mucho más difícil para los piratas informáticos espiar el tráfico de su red o robar información confidencial. La mayoría de los enrutadores modernos admiten alguna forma de encriptación, así que asegúrese de consultar la documentación de su enrutador para ver qué opciones están disponibles.

Finalmente, puede ayudar a asegurar que no te vayan a hackear Wifi es manteniendo su enrutador actualizado con las últimas actualizaciones de firmware. Las actualizaciones de firmware a menudo incluyen correcciones de seguridad para vulnerabilidades conocidas, por lo que es importante instalarlas tan pronto como estén disponibles.

Por lo general, puede buscar actualizaciones a través de la interfaz web de su enrutador, o es posible que deba descargarlas manualmente del sitio web del fabricante.

 

¿Por qué y para que hackean las conexiones a internet?

Hay muchas razones por las que alguien podría querer hackear una conexión a internet. A veces, se trata de un acto de vandalismo, en el que el hacker simplemente quiere causar problemas para los usuarios de la red.

Otras veces, el hacker puede estar buscando obtener información confidencial o robar dinero. También es posible que el hacker quiera usar la red para enviar spam u otro tipo de contenido no deseado.

En general, hay tres principales formas en que un hacker puede comprometer una conexión a internet: mediante el acceso físico a los equipos de la red, mediante el acceso remoto a la red o mediante el robo de credenciales.

El acceso físico es quizás la forma más directa de hackear una conexión, ya que implica que el hacker se encuentre físicamente presente en la ubicación donde se encuentran los equipos de la red.

Por ejemplo, si un hacker tiene acceso al router o al switch principal de una red Wi-Fi, podrá modificar la configuración del dispositivo para bloquear el acceso a internet para todos los demás usuarios de la red.

El acceso remoto es quizás la forma más común de hackear una conexión a internet y se logra cuando el hacker consigue obtener acceso ilegal a los sistemas y datos alojados en un servidor o en cualquier otro dispositivo conectado a internet.

Por ejemplo, si un sitio web no está protegido adecuadamente contra ataques informáticos, es posible que un hacker pueda infiltrarse en él; y modificar su contenido o robar información confidencial almacenada allí.

Irrupciones en las redes inalámbricas Wi-Fi

Los problemas de seguridad en el protocolo inalámbrico Wi-Fi no son nada nuevo. De hecho, desde su introducción en 1997, el protocolo 802.11 ha sido objeto de una serie de ataques y vulnerabilidades que han puesto en peligro la seguridad de los usuarios. Sin embargo, a pesar de estos problemas, Wi-Fi sigue siendo la tecnología inalámbrica más utilizada en todo el mundo.

La última amenaza a la seguridad del protocolo Wi-Fi es una vulnerabilidad conocida como KRACK (Key Reinstallation Attacks). El investigador belga Mathy Vanhoef descubrió este fallo y lo publicó a principios de este mes.

Según Vanhoef, KRACK permite a un atacante interferir con el proceso de autenticación entre un dispositivo y un router inalámbrico, lo que le permitiría a ese atacante «inyectar» paquetes maliciosos en la conexión para luego robar información o infectar el dispositivo con malware.

KRACK es un grave problema porque es relativamente fácil de explotar y afecta a todos los dispositivos y routers que utilizan el protocolo 802.11r o WPA2 para establecer conexiones inalámbricas seguras.

En teoría, cualquier persona que esté al alcance del router inseguro podría lanzar un ataque KRACK contra él y acceder ilegalmente a su red Wi-Fi o robar datos sensibles transmitidos por ella. Afortunadamente, existen parches disponibles para los principales sistemas operativos móviles (iOS 11 ya está parcheado) y para algunos routers domésticos (comprueba si tu router ya tiene actualizaciones disponibles).

 

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